terça-feira, 29 de abril de 2025

"Memorias del Saqueo": el costo oculto del alineamiento internacional.

Laura Luján Ramírez Cabral


Memorias del Saqueo (2004), el documental dirigido por Fernando “Pino” Solanas, constituye una poderosa denuncia audiovisual sobre las consecuencias del modelo neoliberal adoptado en Argentina durante la década de 1990. Pero su relevancia va más allá del testimonio inmediato: invita a reflexionar sobre cómo las estrategias de inserción internacional, justificadas en términos de pragmatismo geopolítico, pueden generar profundas fracturas sociales internas. 

A través de imágenes impactantes de pobreza extrema, corrupción estructural y desesperanza colectiva, Solanas nos enfrenta a las heridas abiertas de un país que apostó por el realineamiento global, bajo el marco conceptual del Realismo Periférico formulado por Carlos Escudé. Realismo Periférico: entre la necesidad y el costo El Realismo Periférico plantea que los Estados “débiles”, conscientes de sus limitaciones estructurales, deben asumir su lugar subordinado en el sistema internacional. Frente a un escenario global dominado por grandes potencias, confrontar puede resultar suicida; en cambio, la alineación estratégica permite maximizar beneficios y minimizar daños. Desde esta perspectiva, la política exterior de Argentina durante el gobierno de Carlos Menem (1989–1999) se reconfiguró radicalmente: 

● Adhesión al Consenso de Washington, impulsando privatizaciones masivas, apertura comercial y desregulación económica. 

● Renuncia a proyectos estratégicos como el Cóndor II y limitación del programa nuclear nacional, abandonando aspiraciones de autonomía tecnológica. 

● Participación militar en operaciones lideradas por Estados Unidos, como la Guerra del Golfo, consolidando una inédita alianza con Washington. 

Estas decisiones respondieron a un cálculo realista: estabilizar la economía nacional, acceder a financiamiento internacional, y reposicionar a Argentina como un actor confiable en el nuevo orden global posterior a la Guerra Fría. La frase de Tucídides, rescatada por Escudé, resume esta lógica brutal: “Los fuertes hacen lo que pueden; los débiles sufren lo que deben.” El lado invisible: las heridas sociales Sin embargo, como expone magistralmente Memorias del Saqueo, este alineamiento estratégico tuvo consecuencias devastadoras en el tejido social argentino. 

Las privatizaciones, justificadas como herramientas de eficiencia económica, despojaron al Estado de su capacidad de garantizar servicios públicos esenciales. El agua potable, la electricidad y el transporte se transformaron en bienes inaccesibles para sectores cada vez más amplios de la población. La apertura irrestricta de mercados condujo a una rápida desindustrialización, dejando a miles de trabajadores en el desempleo. El Estado, lejos de actuar como regulador, se convirtió en facilitador de negocios que favorecieron a grandes empresas extranjeras y a redes de corrupción locales. Solanas registra en su documental escenas que muestran no solo la miseria material, sino también la pérdida de dignidad, la fragmentación comunitaria y el crecimiento de la desesperanza. 

La “modernización” prometida terminó percibiéndose como una traición histórica hacia las clases populares. Entre la geopolítica y la justicia social El contraste entre la teoría del Realismo Periférico y el relato visual de Solanas revela una tensión de fondo: ¿es posible construir un proyecto de inserción internacional sin abandonar la justicia social interna? La experiencia argentina de los años noventa parece sugerir que, aunque el pragmatismo geopolítico puede ofrecer ventajas momentáneas, si no se acompaña de políticas de contención social y fortalecimiento institucional, el precio puede ser demasiado alto. 

El éxito diplomático y financiero fue, en muchos casos, inversamente proporcional a la estabilidad y al bienestar de la sociedad. Memorias del Saqueo no niega la necesidad de considerar el contexto internacional, pero interpela sobre el modelo de desarrollo elegido y sobre quiénes son finalmente sus beneficiarios. En este sentido, la obra de Solanas se transforma en un llamado urgente a repensar la relación entre inserción externa y cohesión interna. Reflexiones finales: aprender de las heridas La historia reciente de Argentina, narrada con crudeza en Memorias del Saqueo, invita a una reflexión que sigue siendo vigente: ¿cómo equilibrar el realismo estratégico con el respeto a los derechos sociales básicos?  El alineamiento puede ser una necesidad en un mundo de asimetrías, pero sin un proyecto interno inclusivo, las promesas de integración global se convierten en espejismos que solo benefician a unos pocos. La memoria de las heridas del saqueo social sigue siendo, hoy más que nunca, una advertencia. 

En definitiva, la política exterior de Menem constituyó una apuesta por la integración global bajo una lógica de adaptación y alineamiento, que si bien permitió la reinserción del país en la comunidad internacional tras años de aislamiento, también expuso sus limitaciones estructurales, la experiencia menemista evidencia los desafíos que enfrentan los países de la periferia en la construcción de una estrategia diplomática que equilibre pragmatismo y autonomía, cooperación e intereses nacionales, inserción global y desarrollo sustentable. 




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